viernes, 4 de junio de 2010

Buscando metas

Hay días que son buenos para pensar.
Ese deseo incontrolable que surge desde el estómago y te impulsa hacia adelante. Pero la falta de una meta clara provoca una contención que a veces llega al límite de la tristeza.
Mientras tanto en la falta de un rumbo claro, la conciencia de estar vivo se mezcla con recuerdos melancólicos.
¿Y ahora qué?.
Pasaste la edad media, los mandatos establecidos no te llenan, tenés el título colgado en la pared mientras trabajás por inercia... entonces un día te preguntás ¿y... esto es vivir?.
Lo hablás con pares pero te das cuenta que los puntos que te unían ahora te parecen extraños. La excusa de un almuerzo te hace consciente que sos un buen contenedor de fracasos cotidianos de amigas que han optado por vivir a través de sus hijos y se olvidan de preguntar ,sin caer en tópicos formales, y vos ¿cómo estas?.
Entonces optás por mirarte sin culpas y disociar que pensar en lo que uno quiere nada tiene que ver con el egoísmo.

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