Vaya uno a saber qué me sucedía, dónde volaba mi imaginación. Pero recuerdo haber cambiado de vereda, gritar desesperada en la calle, dar vuelta la manzana con tal de no cruzarme con los hombres de zancos.
Pero no era la única, mi hermano menor lloraba cada vez que veía un gato negro de peluche que había en casa de mi abuela.
Tormentas eléctricas, perros de la calle, alturas, oscuridad, sombras... miedos de niños que superamos...
Miedos irracionales producto de la imaginación precoz.
¿Y vos a qué le temías de chico?
*Foto de Arias Gonzalo
Pero no era la única, mi hermano menor lloraba cada vez que veía un gato negro de peluche que había en casa de mi abuela.
Tormentas eléctricas, perros de la calle, alturas, oscuridad, sombras... miedos de niños que superamos...
Miedos irracionales producto de la imaginación precoz.
¿Y vos a qué le temías de chico?
*Foto de Arias Gonzalo
1 comentario:
Yo al holocausto nuclear y, sobre todo, a los penitentes de la Semana Santa.
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