viernes, 4 de septiembre de 2009

Hasta acá

Qué difícil es poner límites, en el trabajo, en las relaciones de amigos, con la familia ni te cuento.
A veces nos asustamos cuando pensamos que es necesario marcar la frontera de la tolerancia, personalmente me asusta el modo en cómo marco el borde.
Pero no hay que asustarse, es un ejercicio constante de aprendizaje que provoca sus repercusiones en el entorno y la readaptación en las relaciones.
El indicar, dar señales a los demás de nuestras propias limitaciones no debe ser un signo de debilidad sino un gesto de completa sinceridad.

* Fotografía Asja

No hay comentarios: