Después no me creen que en Buenos Aires esta lleno de personajes por no decir "la gente esta reloca" :D.
Cuando la temperatura supera los 30º, se esta en el segundo día del regreso de las vacaciones, se camina por microcentro, se viaja en tren y en colectivo para llegar a casa dos horas después de la jornada estipulada... los estímulos trabajan con reserva.
Subo al 60 y el chofer dice con tono irónico que esa línea (el nº 4) no tiene tarifa mínima... eh?
- Pero "buen" hombre - le digo... como que no si los diarios publicaron que la primera sección implica una distancia de 3 km.
- Bah los diarios que saben - respondió el "señor" conductor
Fin de la historia: me llevó hasta la parada siguiente me bajé y sin querer abonarle porque estoy agotada del abuso le desee "qué tenga un hermoso día" "muy amable"!!!.
Con el tiempo corroboro que la ironía es mi mejor arma para evitar el insulto barato.
Segundo acto: mientras camino hasta mi hogar y descubro una escena única, cómo lamento no tener un celular de última generación y no "de última"; que me permita captar la esencia de la situación.
Como todos sabemos los servidores públicos, llamados policías muchas veces para palear la situación deben hacer horas extras, buscarse otros "curritos" o llamados adicionales. Brindar seguridad a comercios que paguen por la misma.
En ese marco hay un poli que trabaja en una esquina del barrio de Belgrano que parecía hacer custodia a dos bolsas de consorcio dentro de una caja.
Me llamó la atención, hago un par de metros y veo que estaba sacando unos cuadros, unos marcos que un vecino desechó.
- ¡Qué bien! - pensé para mis adentros - esa persona sí quiere experimentar, saber empáticamente lo que vive un cartonero.
Finalmente en la noche, un ciclista se detiene frente al hotel alojamiento que queda a una calle de ese bar de Belgrano.
Siempre da curiosidad ver la gente que ingresa a un hotel, es un morbo de vieja chusma que genéticamente lo pude controlar y gracias a la educación formal lo traduje en "periodista" ja.
Se trataba de un cerrajero...
Ante tal situación me dije para mis adentros pobre esos amantes ocasionales que quedaron encerrados tras la puerta del amor :D.
Siempre basta con observar alrededor para contstruir pequeñas historias, según la mirada que utilicemos podremos convertirnos en ciudadanos quejones por todo, proclamadores de la bronca sin sentido.
El colectivero: merece un cuadro de honor cuida los intereses de sus patrones (grrr)
El policía: investiga hasta en el tacho de la basura (con las manos en la lata ja)
El cerrajero... no lo ví salir del albergue transitorio... :D
Cuando la temperatura supera los 30º, se esta en el segundo día del regreso de las vacaciones, se camina por microcentro, se viaja en tren y en colectivo para llegar a casa dos horas después de la jornada estipulada... los estímulos trabajan con reserva.
Subo al 60 y el chofer dice con tono irónico que esa línea (el nº 4) no tiene tarifa mínima... eh?
- Pero "buen" hombre - le digo... como que no si los diarios publicaron que la primera sección implica una distancia de 3 km.
- Bah los diarios que saben - respondió el "señor" conductor
Fin de la historia: me llevó hasta la parada siguiente me bajé y sin querer abonarle porque estoy agotada del abuso le desee "qué tenga un hermoso día" "muy amable"!!!.
Con el tiempo corroboro que la ironía es mi mejor arma para evitar el insulto barato.
Segundo acto: mientras camino hasta mi hogar y descubro una escena única, cómo lamento no tener un celular de última generación y no "de última"; que me permita captar la esencia de la situación.
Como todos sabemos los servidores públicos, llamados policías muchas veces para palear la situación deben hacer horas extras, buscarse otros "curritos" o llamados adicionales. Brindar seguridad a comercios que paguen por la misma.
En ese marco hay un poli que trabaja en una esquina del barrio de Belgrano que parecía hacer custodia a dos bolsas de consorcio dentro de una caja.
Me llamó la atención, hago un par de metros y veo que estaba sacando unos cuadros, unos marcos que un vecino desechó.
- ¡Qué bien! - pensé para mis adentros - esa persona sí quiere experimentar, saber empáticamente lo que vive un cartonero.
Finalmente en la noche, un ciclista se detiene frente al hotel alojamiento que queda a una calle de ese bar de Belgrano.
Siempre da curiosidad ver la gente que ingresa a un hotel, es un morbo de vieja chusma que genéticamente lo pude controlar y gracias a la educación formal lo traduje en "periodista" ja.
Se trataba de un cerrajero...
Ante tal situación me dije para mis adentros pobre esos amantes ocasionales que quedaron encerrados tras la puerta del amor :D.
Siempre basta con observar alrededor para contstruir pequeñas historias, según la mirada que utilicemos podremos convertirnos en ciudadanos quejones por todo, proclamadores de la bronca sin sentido.
El colectivero: merece un cuadro de honor cuida los intereses de sus patrones (grrr)
El policía: investiga hasta en el tacho de la basura (con las manos en la lata ja)
El cerrajero... no lo ví salir del albergue transitorio... :D
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